H. Joachim Schlichting. Investigación y Ciencia Enero (2015) – Nº 460
¡Cuidado con las resonancias! Al caminar con un vaso en la mano, tendemos instintivamente a hacer justo lo contrario de lo que deberíamos para que el líquido no se derrame.
En nuestra época resulta impensable vivir sin café para llevar. Es común ver a gente transportar la bebida en un vaso de papel o plástico en estaciones de tren, zonas peatonales, pasillos de oficina o salas de reuniones. Sin embargo, evitar los accidentes requiere ciertas destrezas motoras y, a menudo, nos obliga a adoptar una postura nada natural. Aunque los fabricantes han reaccionado a tales contratiempos proveyéndonos de recipientes con tapa, el líquido del interior sigue obedeciendo las leyes de la física.
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